En el inicio del curso estaban muy emocionados. El primer día los profesores fueron presentándose. El profesor de Biología les pareció muy extraño, pero ninguno dijo nada. Dejaron pasar algunas semanas sin pensar en él hasta que la chica no pudo esperar más y decidió buscar información sobre él. Se lo comentó a su amigo y él le dijo que no hiciese tonterías, que dejara las cosas como estaban y que no pensara en eso. Pero ella no le obedeció e investigó por todos los medios hasta que encontró el misterio.
El profesor estaba muerto... muerto y dando clase... Ella se quedó muy impactada sin saber qué hacer y sin comentárselo a su amigo fue a hablar con el “difunto”.
Estaba muy asustada pero necesitaba decírselo. Le buscó y le encontró. Al contárselo, él se extrañó mucho y le pidió que le dijera quién se lo había dicho, pero ella no quiso decirle nada.
Así que el profesor decidió matarla, y sacó su corazón, guardándolo en una cajita de cristal. Escribió una nota, y decidió sin pensárselo abandonar el instituto.
El chico no sabía nada de esto. Al día siguiente, en clase, vio que ella no estaba y se preocupó. En la hora de Biología tampoco estaba el profesor, sino un sustituto, y fue entonces cuando empezó a pensar cosas horribles.
El nuevo profesor dijo que ese día tocaba examinar órganos y fueron al laboratorio. El chico vio que en su mesa había una cajita con un corazón y una carta. Estaba muy asustado, pero la abrió y la leyó:
Demasiado cerca estás de tu amiga. Este órgano pertenece a ella.
ANA POVEDA GRACIÁ
1º BACH-A
1º BACH-A
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