viernes, 19 de febrero de 2010

ME VOY CON LOS MÍOS

Todavía era pequeña cuando murieron sus padres en un accidente de coche. Únicamente Ester y su hermana Lydia sobrevivieron. Ésta última no recordaba ningún momento del accidente, puesto que era todavía un bebé.

Ester caminaba hacia el instituto un día de invierno cuando divisó un accidente en el mismo lugar en el que había ocurrido el de sus padres y se sorprendió. Intentó olvidarlo mas a la hora del patio el director la llamó para hablar con ella.

Quería comunicarle que su hermana había fallecido en aquel accidente que había ocurrido esa mañana. Ella quedó sin palabras, pensaba que se había muerto ella misma. Las lágrimas acudieron a sus ojos y se preguntaba por qué tenía que pasarle todo a ella.

Echó a correr; el director decidió no salir corriendo detrás, era mejor dejarla sola. Ester fue corriendo fuera del instituto y corrió y corrió… hasta que comenzó a anochecer. Nadie supo nada de ella durante todo el día.

Dos días después una amiga la descubrió sentada en el parque llorando. Se acercó y le dio un abrazo. También le dijo que volviese a su casa porque todos estaban preocupados por ella, pero de repente ella contestó con palabras temblorosas:
-He visto una fantasma que no para de seguirme; no sabes el miedo que tengo.
-Ester, es tu imaginación. Las fantasmas no existen.

Ella no hizo caso de las palabras de su amiga, pero no se lo manifestó así. Sabía que sí existían y tras la muerte de su hermana las veía todas las noches.

Finalmente, la amiga la convenció para que regresara a su casa y cuando llegó allí se encontraba la fantasma, que veía todas las noches, sentada en la escalera.
-Mira ahí está la fantasma-. Gritó.

Se giraron todos y no vieron nada. Ester dijo que si no la veían sería porque solamente estaba persiguiéndola a ella. Esa noche, la fantasma entró y tapó la boca de Ester. Su tía la oyó gritar y entró corriendo. Fue entonces cuando la vio. Dos segundos después desapareció.

Ester comenzó a llorar y no podía parar. Menos mal que ahora también tenía a su tía que por lo menos la había visto. Ésta estaba tan sorprendida por lo que había visto que por un momento pasó por su cabeza que pudiese haber sido su hermana y que ésta se la querría llevar con ella, pero no sabía cómo decírselo a Ester.

Mirando a su tía, Ester intuyó que pensaba algo extraño y le preguntó lo que era. Finalmente se lo dijo y Ester enmudeció. Sólo abrió la boca para pedir que la dejase sola: quería pensar sus cosas.

Su tía lo aceptó y la obedeció.

Ester cogió un bolígrafo y redactó lo siguiente:

Querida familia y amigos que me quedan:
Comprended que ya no puedo más en este mundo. Siento que no sirvo y no puedo más porque me faltan las personas que más quería. Estaré mejor allí con ellos que aquí. Supongo que allí me cuidarán.

Sólo os pido que no me olvidéis.
Ester


Después cogió el cuchillo y primero rajó todos sus brazos. Sangraban tanto que dejaban gotas por todos los lados; más tarde rajó su cuello. Todavía le quedaba vida, mas muy pocas fuerzas. Su tía volvió a entrar porque escuchó algo. Fue corriendo a su lado y le gritó que qué estaba haciendo.
-NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO. TE NECESITAMOS AQUÍ, ESTER.

Ester la miró débilmente, la cogió de la mano y más tarde sus ojos se cerraron. Murió. Su tía y el resto de su familia nunca la olvidaron, ni a ella ni a su familia, la cual no estaba hecha para vivir en este mundo.



EMMA SPENCER
2º ESO- E

No hay comentarios:

Publicar un comentario